Según Rudolf Arnheim en su libro ”Consideraciones sobre la educación artística”.
En los comienzos se trataba de enseñar las artes por medio de copias exactas de los dibujos, bodegones, paisajes...
Después se pasó al polo opuesto, para enseñar artes solo había que estimular el deseo de hacer cosas de los niños, y no se tenía tan en cuenta los resultados, en cuanto el niño perdía su impulso creador, se acababa el producto.
Se pasó de un arte mecánico a uno dinámico, en el que todo vale. No es necesario poner patrones. Los niños solos deciden que trabajos hacer.
Las técnicas se tienen que proporcionar en la edad evolutiva adecuada, sino carecerá de sentido y eficacia.
Desde el principio se debe motivar para llegar a terminar las actividades de la vida.
Estoy de acuerdo en que la educación artística no debe limitarse solo a realizar copias exactas de objetos, paisajes, etc.; sino que se debe dejar que los alumnos creen desarrollando su imaginación y creatividad, pero dentro de unos parámetros en los que nos “limitemos”, ya que pretendemos alcanzar unos objetivos y creo que los niños sin unas pautas mínimas no llegarían a alcanzar lo que nos proponemos. Todo vale si tenemos un objetivo común. Y estoy de acuerdo en que las técnicas se tienen que presentar en el nivel adecuado. Todo lo que se empieza hay que acabarlo porque sino no recibes la recompensa por haber trabajado.
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